Ustedes saben que todo lo que escribo es bajo mi experiencia en casa,
siendo ama de casa.
Estoy segura de que quienes nos quedamos en el hogar por fuerza mayor o por decisión
consensuada realizamos los deberes con
paciencia, cuidando cada detalle porque lo hacemos con amor , lastimosamente
los demás nunca ven eso, porque se tiene la creencia que porque son deberes de
la casa no necesitan de tiempo, ni dedicación, y que se hacen chasqueando los
dedos o sea solo vale el trabajo, las responsabilidades, los quehaceres de las
personas que día a día salen a traer el dinero para la casa, porque el mundo
sin dinero no es nada, nadie vive bien sin dinero, ni cómodo, ni se alimenta,
ni nada el dinero si lo es todo, pero bueno ese no es el tema en este momento.
Minimizar nuestro trabajo en el hogar siempre ha sido el arma de quien no se
ha enfrentado al mismo, ya que, no sabe que es dedicar tiempo a una cocina, que
cuando das la vuelta y miras de nuevo ya tiene un arrume de loza, pensar a
diario qué hacer de almuerzo, cómo hacerlo novedoso para no caer en la rutina.
A veces no es suficiente el tiempo para estar en casa querríamos más horas al día.
Salir a trabajarle a alguien sé que no es fácil por las razones que cada quien
tenga, se enfrenta a su estrés diario; como nosotros al quedarnos en casa, pero
sales, interactúas con diferentes personas, no con las mismas 3, 4 o 5 de
casa, te tomas un tinto, tomas del pelo antes de que llegue tu jefe tienes
tiempo de ocio, en casa lo más parecido a esto es ver televisión, o saludar al
vecino, al dueño de la tienda del barrio y si eres como yo, pues solo el buenos
días, tardes o noche y eso se convierte en nuestros espacio de ocio laboral.
En fin, frase motivacional: si no va a edificar con sus palabras, no abra la
boca. Y cuando tengas las agallas, cambia, póngase en los zapatos del otro. El
trabajo en casa no es para débiles y señorxs que no quisieron hacer nada en su
vida.
¿ Qué admiras de quien esta en casa?